Existen diferentes etapas en la vida de un ser humano que se suceden de manera ininterrumpida igual que las estaciones del año. Sin embargo, en la sociedad actual se valora el poder de la juventud que en ocasiones se equipara con el éxito que brota de la belleza, mientras que los ancianos sufren un enorme abandono, soledad y tristeza. La soledad en la vejez es una de las peores enfermedades del alma a las que debe hacer frente en su fragilidad aquel que se encuentra al final de su vida.
Una enfermedad corporal puede aliviarse mediante el uso de un medicamento y el tratamiento médico adecuado, sin embargo, la soledad del alma sólo puede aliviarse mediante el cariño, el consuelo, la compañía y el afecto de la familia. La calidad de vida ha aumentado de forma notable en las últimas décadas tanto es así que muchas personas superan la frontera de losochenta años de vida.
Algunos privilegiados llegan incluso a cumplir un siglo. Sin duda, la vejez puede ser una etapa de la vida tan plena como cualquier otra dentro de unas circunstancias concretas. El ser humano es un ser temporal que sufre el efecto del paso del tiempo sobre su cuerpo, por tanto, es normal que con los años aparezcan algunas limitaciones físicas. Por tanto, las personas mayores necesitan de la ayuda de los demás.
Del mismo modo, al final de la vida, también se experimenta cierto vacío porque el anciano ha tenido que decir adiós como consecuencia de la muerte a muchos de sus amigos. La vejez es una etapa que debe vivirse desde la tranquilidad y la plenitud para poder descansar y disfrutar del momento tras el largo camino recorrido y el trabajo realizado. De hecho, en la vejez se disfruta al cien por cien el presente puesto que los ancianos por lógica ya no piensan en el futuro de la forma en que lo hacen los jóvenes.