Alcohol y conducción

El consumo excesivo de alcohol provoca una reducción de los reflejos. Los efectos de una tasa de alcohol en sangre elevada, superior a 0,5 g/l, también provocan un estrechamiento del campo visual y una mayor sensibilidad a la luz. Si una persona ebria conduce, el tiempo de reacción ante situaciones de peligro será mucho mayor. No podrá apreciar el espacio y la distancia entre dos vehículos. Los efectos eufóricos del alcohol pueden ser fatales para la seguridad del conductor, sus pasajeros y otros usuarios de la carretera. Para evitar accidentes, se recomienda hacer una prueba de alcoholemia con un alcoholímetro antes de pensar en conducir.

Después de consumir alcohol, un conductor responsable no debe ponerse al volante. En caso contrario, es necesario el uso de un alcoholímetro. Este dispositivo mide la cantidad de alcohol en el aliento.

Antes de utilizar un alcoholímetro o una alcoholemia, sigue siendo recomendable comprobar la fecha de caducidad. Es importante distinguir entre los alcoholímetros químicos y los electrónicos. El primero consiste en una boquilla que se conecta a un tubo y a una bolsa de plástico, el famoso «globo». El bicarbonato de potasio de la válvula permite evaluar el nivel de alcohol en sangre de una persona. La persona sopla en la bolsa, que comienza a inflarse. Al pasar el aire por el tubo, el bicarbonato cambia de color. La decisión de conducir dependerá de la altura del color del depósito sólido en el tubo.

El alcoholímetro electrónico es un dispositivo que permite evaluar rápidamente el nivel de alcohol en la sangre de un individuo. Su funcionamiento es muy sencillo, ya que basta con soplar en la boquilla dedicada a este fin. Un sensor integrado mide sistemáticamente el contenido de alcohol en el aire exhalado por la persona. Es necesario esperar unos veinte segundos antes de conocer los resultados de la prueba en forma de un valor que aparece en la pantalla. A diferencia del alcoholímetro químico, el alcoholímetro electrónico es reutilizable.

Gracias a las innovaciones tecnológicas, ahora es posible encontrar alcoholímetros conectados. En otras palabras, el dispositivo está conectado al smartphone, lo que permite medir el nivel de alcohol en sangre en cualquier momento. Por supuesto, los datos anteriores se almacenan sistemáticamente en el smartphone. Esto significa que puede ver la evolución de su consumo de alcohol a través de un gráfico. El alcoholímetro conectado es un aparato electroquímico muy fácil de utilizar: basta con soplar en él para conocer la tasa de alcoholemia. Para garantizar la fiabilidad de los resultados, se recomienda calibrar el alcoholímetro regularmente.

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